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jueves, 10 de mayo de 2012

SOBRE LA FAMILIA EN MEXICO

         El presente trabajo tiene como objetivo presentar un panorama de la situación que vive y que afecta a la sociedad mexicana desde la primera célula vital que es la familia.
         Considero que si queremos un mundo mejor en todos los sentidos, debemos regresar a los principios y ver que es lo que esta fallando allá, en esa célula tan importante que es la familia, sino conocemos bien esta núcleo tan vital, será poco lo que podamos hacer por ella. Es necesario saber como esta pequeña sociedad, iglesia domestica, esta integrada, cuales son los problemas que le afectan, cuales son los retos que tiene que superar y sobre todo conocer lo que esta comunidad de personas esta llamada a ser.
         El papa Juan Pablo II a lo largo de su pontificado y en diversos documentos señalo con mucha claridad lo que la familia es y lo que esta llamada a ser: la familia es “el santuario de la vida” en donde todo hombre y mujer nacen o deben nacer, en donde recibimos los primeros gestos de amor y aceptación, donde aprendemos a compartir y a ser solidarios. La familia es el lugar de entrega por excelencia y donde cada uno es querido y aceptado por lo que es.
La familia esta llamada a ser la primera  y principal educadora de las personas. La familia es una realidad viva, y como tal nace, crece, se “enferma” y necesita ayuda para que pueda desarrollarse de acuerdo a una identidad propia, natural y dinámica. La familia no puede continuar siendo un objeto de estudio: todos hablamos de ella, opinamos, sugerimos, la criticamos, nos asustamos de su situación actual, nos preocupamos pero sin ocuparnos sistemáticamente de lla como tal.
“No tengáis miedo!” repitió Juan Pablo II hasta el cansancio cuando hablaba a las personas y a las mismas familias sobre la importancia de defender esta institución.
Es por esto, para poder defender a la familia y emprender acciones que la conserven y la consoliden, tenemos que conocer como es su situación actual, particularmente aquí en México, tenemos que conocer cuales son sus puntos débiles y cuales son sus principales amenazas.
A continuación y basándome en los resultados del Censo de Población 2010 asi como en el Diagnostico de la Familia Mexicana publicado en el año 2005 por el DIF, presentare, algunos números y datos que nos pueden ayudar a conocer la situación actual de la familia mexicana.
Panorama general de la distribución de la población en México.
Somos 112,336,538 personas residentes dentro del territorio mexicano.
En 10 años pasamos a ser de 97, 483,412 a ser 112,336,538 habitantes. Esto demuestra que no existe en nuestro país la famosa explosión demográfica, disminuimos la tasa de natalidad de 1.9% a 1.4% y de seguir así en 10 años no tendremos ni para cubrir la tasa de remplazo.
El 48.8% de esta población esta integrada por varones y el 51.2% por mujeres.
La relación entre hombres y mujeres es diferente por grupos de edad y llama la atención que a partir de los 20 años se incrementa el número de mujeres debido principalmente a la mayor migración internacional masculina.
La pirámide de población ha cambiado, se ha ensanchado en el centro y se reduce en la base, lo que significa que la proporción de niños ha disminuido y se ha incrementado la de adultos, lo que a su vez significa que la dependencia infantil y de la vejez han disminuido.
México es un país cada vez mas urbano, el 76.8% de su población vive en localidades de más de 2500 habitantes.
La población mexicana continúa siendo predominantemente joven, sin embargo tanto la disminución de la mortalidad, como la disminución del índice de fecundidad han propiciado su envejecimiento paulatino. Esto explica que la edad mediana, es decir, la que divide a la población en dos partes iguales, sea en 2010, 26 años cuando en el año 2000 era 22 años y en 1990 era 19 años.
FECUNDIDAD
La tasa de fecundidad disminuyo de manera importante. El promedio de hijos nacidos vivos en mujeres de 15 a 49 años en 1990 era de 2.4, en el año 2000 disminuyó a 2 y ahora en el 2010 disminuyó a 1.7, es decir, hubo una reducción del 40% en la fecundidad medida por el número promedio de hijos nacidos vivos.
La fecundidad como arrojaron los resultados del censo 2010 ha disminuido, asi mismo lo señala el Diagnostico de la Familia Mexicana que señala que en 1970 el promedio de hijos por pareja era de 6 a 7 y para el 2005 habia descendido a 2 hijos.
Las diferencias de la fecundidad según el nivel de escolaridad son claras, así, las mujeres más escolarizadas tienen menos hijos que aquellas de menor escolaridad; es decir, mientras las mujeres sin estudios tienen 3.5 hijos, las de instrucción media y superior tan solo tienen 1.1, lo que significa una diferencia de más de dos hijos entre estos dos grupos. Esto demuestra a su vez, la relación tan importante que existe entre educación y natalidad, y que si quieres disminuir la natalidad de un país es mil veces mejor educar que repartir anticonceptivos, o romperte la cabeza ideando políticas contra la natalidad.

EDUCACION
El 52.3% de los niños y niñas de entre 3 y 5 años asisten a la escuela, aunque cabe señalar que la asistencia de estos niños a preescolar se reduce a medida que disminuye el tamaño de la localidad donde habitan.
En la población de 6 a 14 años, el 94.7% asiste a la escuela. Hace 20 años era el 85.5% de esta población la que asistía, lo que nos hace entender que la asistencia se ha incrementado.
La población de 15 a 24 años que asiste a la escuela se incremento en 10 puntos en los últimos 20 años. Actualmente el 40.4% de esta población asiste a la escuela y se redujo la brecha entre hombres y mujeres.
La tasa de analfabetismo de la población de 15 años de edad en adelante se redujo siendo en 2010 del 6.9%.
El promedio de escolaridad es hasta tercero de secundaria, incrementándose este nivel sobre todo en la población de 15 a 64 años de edad lo que indica que la población en edad laboral esta mejor preparada.
SITUACION CONYUGAL
La población casada continua predominando aunque presenta un descenso al pasar de 45.8% a 40.5% en el período 1990-2010.
La población en unión libre casi se duplica al pasar de 7.4% a 14.4% en el mismo período.
Los porcentajes en la población divorciada y separada también muestran un incremento, la tasa de divorcio  se duplicó y un poco más al pasar de 0.7% a 1.5% en 20 años; y lo mismo sucedió en el caso de las parejas separadas que pasaron de1.2% a 3.7%.

La disolución de uniones es cada vez mas común: la proporción de personas alguna vez unidas que se han separado o divorciado se duplicó de 4% a 8% en mujeres y de 2% a 4% en hombres
OCUPACION Y EMPLEO
La tasa de participación económica de la población de 12 años en adelante permite señalar que la oferta de trabajo se ha incrementado al pasar de 49.3% a 52.6% siendo mayor la participación del hombre que la de la mujer en actividades laborales. Asi mismo la participación de la mujer en la actividad laboral es proporcional al tamaño de la localidad.
CARACTERISTICAS DE LOS HOGARES
Los hogares de tipo familiar integrados por personas emparentadas con el jefe o jefa de familia suman 25.5 millones, siendo mas de 107,000,000 mexicanos los que viven en estos tipos de hogar. Los hogares de tipo no familiares suman 2.6 millones.
En los hogares censales mexicanos, 21.2 millones son encabezados por un hombre y 6.9 millones por una mujer. Esto significa que de cada 4 hogares que hay en el país uno esta a cargo de una mujer. Esta cifra aumentó ya que en el 2000 era 1 hogar de cada 5 el que estaba dirigido por una mujer. Esto significa también que el modelo tradicional de mamá, papá e hijos sigue imperando en nuestra sociedad.

El 73.5% de los menores de 15 años vive con ambos padres, los que viven solo con la madre representan el 15.9% y los que viven con el padre son el 1.1%.
En los estudios oficiales se distinguen 2 tipos de hogares: los nucleares, que son aquellos integrados por el padre y los hijos y los extensos donde además de los padres e hijos se agregan otros parientes. En México 2 de cada 3 hogares son nucleares. Una de cada 4 familias es extensa y 8 de cada 10 hogares son de ciudad y el resto son rurales.
La familia actualmente, la nuclear, esta compuesta de 4 o 5 miembros: los padres o al menos uno de ellos, y dos o tres hijos. Los hijos en un 80% viven en el mismo lugar, ciudad o pueblo, que sus padres lo que indica la existencia de cohesión familiar.
El Diagnostico de la Familia Mexicana indicó también que en 60 de 100 familias hay convivencia frecuente de 3 generaciones (abuelos-padres-hijos) y señala que para 9 de cada 10 mexicanos su familia sigue siendo lo mas importante y tiene valor prioritario.
Se advierte un retraso en la primera unión, cuya edad media aumenta de 21 años en 1970 a 24 años en 2005 entre las mujeres y de 24 a 26 años entre los varones.
De las madres solas, 44% son viudas, 25% separadas, 22% solteras y 9% divorciadas. Muchas de estas mujeres enfrentan el reto de ser papá y mamá a la vez, proveedoras y educadoras. Será fundamental incidir en la creación de políticas públicas que apoyen a estas mujeres que en ocasiones desempeñan su papel con verdadero heroísmo y entrega por sus hijos.
Al decir del DIF, los mayores problemas que vulneran la vida de las familias son la violencia intrafamiliar, los problemas económicos y la desintegración familiar. En lo tocante a la violencia, ésta no es solamente contra la mujer, sino que también se da contra los niños y los ancianos.
La desintegración familiar tiene que ver con el índice de divorcios y cada vez más con la migración al extranjero por parte de alguno de sus miembros. Aunque la familia mexicana es muy unida, en este caso el mejor adhesivo no ha sido el amor, sino el factor crisis, porque la carencia es marca distintiva que acompaña a muchos hogares mexicanos. El modelo de familia extensa es, de alguna forma, una respuesta que busca asegurar la sobrevivencia en periodos de dificultad económica y prueba de esto es que son las comunidades rurales las que presentan mayores casos de familias extensas.
El Consejo Nacional de Población señala que uno de cada 10 hogares mexicanos está vinculado a la migración. En México hay una infinidad de comunidades rurales, mayoritariamente, que resienten las consecuencias de la migración al extremo: son pueblos sin hombres. Aunque en estos pueblos abundan las nuevas construcciones que han sido levantadas a golpe de remesas, quienes las habitan se experimentan como familias incompletas. Incluso algunos expertos hablan de un fenómeno que se esta dando dentro de estas familias: el síndrome de Penelope: mujeres en depresión, hijos sin figura paterna y familias fracturadas.
LOS RETOS QUE ENFRENTA LA FAMILIA
         En los párrafos anteriores, he tratado de plasmar como está la situación de la familia actualmente en México, poniendo especial énfasis en los temas que la afectan y en los que Juan Pablo II centra su atención. Como él mismo señaló en la exhortación apostólica Familiaris Consortio, el camino de la familia es un camino de luces y sombras.
Entre las primeras “sombras” que aparecen como retos para la familia esta la situación económica. Juan Pablo II en la carta a las familias señala que es el desempleo una de las principales amenazas, por todo lo que este fenómeno conlleva. Muchas familias viven en la miseria, con angustia para salir adelante en lo material. Con la incertidumbre de tener que comer mañana. “Nadie debe permanecer indiferente frente a la cultura del hambre” señalo en la UNESCO, y llamo a los países para que realicen una distribución mas justa de los bienes ya que en muchos países se han disparado los extremos en lo socioeconómico: frente a familias que viven de manera demasiado holgada y aun ostentosa, otras viven al día y con crecientes deudas.
Se ha tergiversado la recta jerarquía de valores, existe, decía Juan Pablo II en su carta a las familias, una crisis de conceptos, el individualismo se ha ido infiltrando en la conciencia de muchos, más aún, la mentalidad relativista que nos invade prescinde de los valores universales y pregona los valores a medida individual y privada o como fruto de consenso cultural, social, político e incluso religioso. El individualismo es egocéntrico y egoísta, no busca la entrega y sólo busca su propio bien, el personalismo por el contrario, mueve a la persona a entregarse a los demás, a buscar el bien del otro y a encontrar gozo en ello.
Hay mucha sensación de soledad. Con frecuencia la comunicación en la familia es superficial y funcionalista. Se van rompiendo los vínculos duraderos. Con frecuencia se ve el sexo como camino para el placer, sin compromiso conyugal y sin apertura a la procreación. “Al principio no era así” y hay que volver a los principios. La familia es lugar de comunión y entrega, el ser humano es fin en si mismo y nunca debe ser usado como objeto y menos como un objeto de placer. Lo contrario al amor es el uso, y todo lo que es contrario al amor es contrario a la familia.
Ya el matrimonio para muchos no es base familiar; se pretende equiparar el matrimonio con relaciones basadas en lo emotivo, incluso entre personas del mismo sexo, sin ningún sentido de contrato social o sacramental. Contrario a la civilización del amor es el amor libre, que es presentado como fruto de un amor verdadero mientras que de hecho destruye el amor. “El amor libre, cuando hay hijos, los condena a ser huérfanos de padres vivos” decía Juan Pablo II.
Estas leyes que pretenden equiparar cualquier unión con el matrimonio son, efectivamente, un ataque contra la familia, al darle un significado tan plural y elástico que pierda su actual sentido, con la pretensión de identificar a la familia como toda relación de dos o más personas con cierto afecto y convivencia juntos. Este tipo de familia no significa progreso, sino desastre, la destrucción de la sociedad. Es importante salvaguardar la familia natural, o sea la unión estable y duradera de varón y mujer, de preferencia mediante contrato civil e incluso sacramental y abierto a la procreación. Este tipo de familia es célula básica de la sociedad, la que garantiza y consolida el amor maduro de los cónyuges, la entrega paterno-materna y filial, el sentido de fraternidad.
Se está perdiendo el respeto a la vida humana, con múltiples manifestaciones como la reciente aprobación de la ley del aborto o, en el otro extremo, la obsesión por el hijo a toda costa, con manipulación de embriones o renta de úteros. También contra el respeto a la vida humana está la creciente inseguridad y presencia del crimen organizado, con elevados índices de impunidad.
El ser humano se construye sobre la libertad que es responsable, no sobre una libertad carente de ética; sobre la aceptación de la dignidad de la vida humana por el hecho de existir como ser humano, desde la concepción y  hasta el término de la muerte natural; sobre la aceptación de la identidad sexual de varón o de mujer. Una mentira no por mucho gritarla y repetirla no va a ser verdad, y no podemos fijar el futuro de nuestra sociedad sobre bases falsas, porque la verdad siempre salta a la luz y el costo de no haberla aceptado a tiempo puede tener consecuencias tremendas.
Por otro lado, todos reconocemos lo valiosa que es la familia, la sociedad y el gobierno lo saben, pero conociendo esta realidad muchas veces la labor de la familia se ve obstaculizada, sea por los medios de comunicación que propagan ideas contrarias a los valores familiares, sea por las leyes que regularizan situaciones que no pueden ser nunca regulares y las equiparan con la familia, sea por los gobiernos que aplican políticas que atacan directa o indirectamente la soberanía que la familia como institución posee. Es impresionante como las instituciones a quienes compete la defensa y cuidado de la familia, teniendo frente a sus ojos los terribles resultados de la desintegración familiar, no sólo no hagan nada por ayudarla sino que además la perjudiquen sea con su acción o con su silencio, que es igual de culpable.
El camino de la familia, es un camino de luces y sombras y si bien hay muchas sombras, también es cierto que hay millones de personas que como lucecitas y desde sus ámbitos de acción luchan por proteger a la familia, hay cientos de familias que siguen siendo santuario de la vida y lugares idóneos para la formación y crecimiento de las personas. Existen muchas instituciones que siguen apostando por la familia y que están convencidas de su insustituible labor.
He podido ser testigo cercano de cómo las enseñanzas de Juan Pablo II sobre la persona, la vida y la familia han ido cobrando mayor fuerza, se han ido difundiendo poco a poco y cada vez somos mas los que podemos ver al mundo y a las personas de la forma en que Nuestro Señor desea, con los ojos de una teología nueva, basada en el amor y la entrega.

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