Los cambios normativos suelen estar precedidos de cambios ideológicos.
Los primeros textos en los que aparece el término "derechos reproductivos" son los documentos de las conferencias internacionales de la ONU. Estos surgen de un planteamiento sobre los roles del varón y la mujer que afecta tanto a la reproducción sexual como a la división de tareas productivas en la sociedad. Este concepto no es neutral, y bajo ese término se trata de incluir nuevos derechos que atentan contra las propias declaraciones de la ONU y buscan, entre otras cosas, reivindicar el derecho al aborto libre y gratuito, el derecho a un hijo mediante técnicas de reproducción asistida sin legalidad alguna, así como el derecho a la esterilización y el uso de cualquier tipo de anticonceptivos.
La regularización jurídica de la sexualidad no puede realizarse de un modo general para todos los países sino que debe atender a las necesidades biológicas y culturales de cada nación y tomando en cuenta al individuo y a la sociedad.
La autora del escrito que analizamos, nos presenta tres modelos o tres posturas que se han adoptado con respecto a la mujer a lo largo de los años y que al día de hoy permanecen vigentes en la mente de algunas personas o en la normatividad de algunos países:
La primera postura atribuye a ambos sexos roles absolutamente fijos y determinados por la biología, entendiendo además que la mujer es inferior y dependiente del hombre.
Esta concepción continúa vigente en muchas culturas y en muchos sistemas legales y aunque en el mundo occidental ésta idea ha sido mayormente superada, continúan existiendo discriminaciones directas, indirectas y ocultas. En nuestro país por ejemplo, aún se perciben discriminaciones hacia la mujer particularmente en el ámbito laboral.
La segunda postura reivindica la emancipación de la mujer, su absoluta liberación e independencia con respecto al varón y otorga a la mujer el control absoluto de la reproducción ya que se considera la reproducción como un modo de represión.
En las conferencias de la ONU los países occidentales han adoptado este modelo liberal e intentan imponerlo a los países en vías de desarrollo so pretexto de que en estos últimos todavía se utiliza el primer modelo, el cual atenta contra los derechos humanos más fundamentales y se busca por medio de la coerción y la fuerza que estos países adopten el segundo modelo que implica una concepción liberal de la persona absolutamente individualista y una liberalización de la mujer muy radical.
La introducción de los derechos reproductivos en las conferencias de las Naciones Unidas va unido a una concepción de la perspectiva de género que se encuadra en este segundo modelo.
La perspectiva de género es un tipo de feminismo que toma ideas del marxismo y del liberalismo y disocia el sexo del rol social que el individuo desempeña en las sociedades ya que para los que sustentan esta ideología la identidad sexual es construida por la sociedad y puede ser reconstruida a voluntad, disocia la sexualidad de la procreación y la maternidad-paternidad de la filiación.
La tercera postura reivindica la corresponsabilidad entre varón y mujer y su mutua interdependencia. No pretende que la mujer se libere de la maternidad sino que reivindica a su vez la paternidad y un reparto de roles equitativos entre varón y mujer tanto en la esfera privada como en la esfera publica.
Este modelo es al que aspiran la mayoría de los países aunque es obvio que el liberalismo se ha infiltrado fuertemente en nuestras sociedades.
Realmente son notorias y preocupantes las contraposiciones que existen también entre la legislación positiva y las pretensiones que plantean las conferencias, ya que su legislación dentro de los sistemas legales conlleva, en muchos casos a un choque legal que genera lagunas de ley como consecuencia de forzar a que las ideas liberales sustituyan verdades eternas y de tomar como normales situaciones que no lo son y que por tanto vulneran al hombre y a la familia en lo más profundo, un ejemplo son los casos de la reproducción asistida y la maternidad subrogada ya que en estas situaciones un niño producto de una situación como esta, puede llegar a tener 3 madres ( la que dona el óvulo, la que dona el vientre y la que solicita o paga el procedimiento) y dos padres ( el donador y el que solicita el proceso y paga por el vientre y las respectivas donaciones), todos con igualdad de derechos según sus posiciones. Estas situaciones superan a las legislaciones y generan fuertes conflictos ya que para la mayoría de los sistemas legales, el hijo es de quien lo pare y no contemplan aún estas nuevas modalidades y no porque la legislación este anticuada sino porque estas realidades son incomprensibles, contrarias a la verdad y sobre todo, jurídicamente hablando, dejan al hijo en completo estado de indefensión por no poder conocer su verdadera filiación biológica por parte de los embriones, por parte de la madre que rento su vientre, por parte de los padres legales.
La conferencia del Cairo.
Esta conferencia sobre población y desarrollo se llevo a cabo en septiembre de 1994 y fue firmada por el mayor número de países, 174 países entre ellos la Santa Sede aunque ésta, como muchos otros países, manifestaron sus reservas sobre ciertos asuntos relacionados con la salud sexual y los derechos reproductivos, particularmente el aborto y cualquier método de contracepción que supusiera un aborto así como el hecho de que no se especificara el derecho de objeción de conciencia del personal sanitario.
Entre los asuntos más importantes en la agenda se encontraba el control de la natalidad disfrazado de planificación familiar ya que de acuerdo con las cifras presentadas, la población mundial estaba creciendo desaforadamente (lo que es falso ya que existen cifras legítimas que demuestran que en la mayoría de las naciones su crecimiento apenas cubre el remplazo generacional y la tasa de fecundidad media mundial según la División de Población de la ONU, es de 2.7 y se espera que para el 2040 sea de 2.3) pero este dato no es tampoco del todo fidedigno ya que estas cifras suelen estar maquilladas. Otro punto importante que se discutió fue la legalización del aborto como un medio para evitar " la alarmante cifra" de muerte de mujeres porque se realizan abortos clandestinos lo que también es mentira y no se puede concluir que por legalizar el aborto disminuirán estas cifras dado que en la práctica no sucede así y prueba de ello es Irlanda, donde el aborto no es legal y apenas hay muertes de mujeres por esta causa, mientras que en Estados Unidos, donde el aborto es legal, las cifras por complicaciones del aborto en mujeres son más altas.
En lo que se refiere a la contracepción, se intento acuñar el concepto de contracepción de urgencia, es decir, el uso de la píldora del día siguiente, o sea, después de haber tenido relaciones sexuales con el fin de evitar un embarazo no deseado, lo que implica en la mayoría de los casos una práctica abortiva aunque sus partidarios se niegan a reconocer este carácter pues para ellos el embarazo comienza en el momento de la implantación, postura que cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud. Los que se oponen al uso de esta píldora argumentan entre otras cosas que si no es abortiva no tiene sentido usarla como píldora de emergencia y resulta reiterativa su introducción en el texto.
El documento también insta a los gobiernos a incluir en todos los niveles de la enseñanza académica y no académica, educación sobre cuestiones de salud sexual y reproductiva proporcionando, particularmente a los adolescentes servicios de salud sexual en donde se proteja los derechos de intimidad, confidencialidad y el consentimiento fundamentado tomando en cuenta a los padres pero sugiriendo que cuando la voluntad de los padres sea un obstáculo para que se de esta educación, deben modificarse las leyes y los sistemas.
En materia de maternidad, se encuentran dos términos muy controvertidos: el de maternidad segura y el de aborto seguro. El concepto de maternidad segura fue creado por varias agencias de la ONU y buscaba inicialmente llamar la atención sobre la escasa atención sanitaria en relación con la maternidad en los países en vías de desarrollo. Sin embargo lo que este concepto también incluye es:
-Fomentar la maternidad segura a través de derechos humanos
-Empoderamiento de las mujeres. Esto debe entenderse como una absoluta autonomía de la mujer en las decisiones sexuales que pretende marginar al varón.
-Retrasar el matrimonio y el primer hijo
-Prevenir los embarazos no deseados y dar el debido tratamiento al aborto inseguro se refiere al uso de la píldora y legalización del aborto como una práctica aceptable para el control de la natalidad.
El problema con la introducción de los derechos reproductivos como nuevos derechos humanos y los derechos de las mujeres como un tipo especial de derechos es que con ellos se pretende legitimar cualquier tipo de conducta relacionada con la procreación y el control de la fertilidad y nunca se supone que el varón y la mujer quieran tener hijos voluntariamente ya que el presupuesto siempre es que no los quieren tener y si son personas modernas, educadas y desarrolladas, no deberían querer tener un hijo. Por tanto, desear tener familia se presenta como signo de subdesarrollo.
La misma visión reductiva se observa al hablar de la corresponsabilidad del varón, se le considera corresponsable de la contracepción de su mujer pero no se menciona su responsabilidad en la educación y crianza de los hijos ya que la paternidad responsable idónea sugiere no tener que ser padre nunca o lo menos posible.
En otras ocasiones, la patología familiar sirve para silenciar la normalidad: de la existencia de niños de la calle o sin padres se pasa a argumentar que como muchos niños no tienen padres, se debe suprimir esa palabra del texto; o bien de los problemas de salud se agarran para filtrar otras políticas como es en el caso de VIH, en donde para "prevenirlo" se debe imponer el uso del preservativo, cuando en realidad lo que se persigue es su efecto anticonceptivo.
CRITICA PERSONAL.
Más que hacer una crítica al artículo de nuestro análisis, me gustaría agregar algunos comentarios basados en su mayoría en las opiniones del padre Walter J Schu, quien ha realizado valiosos estudios sobre el matrimonio y la familia desde la óptica de la teología del cuerpo de Juan Pablo II.
Como hemos visto, es en las conferencias internacionales donde las ONG pueden ejercer con mayor eficacia su influencia ya que son estas conferencias el lugar ideal para que las feministas radicales y grupos ideológicos impongan a la comunidad internacional sus ideologías intolerantes y si bien los documentos finales de las conferencias no poseen la fuerza obligatoria de ley, se les confiere cierta autoridad moral y se les utiliza como medios de presionar de agencias como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Las feministas radicales, que son de los grupos más fuertes, buscan redefinir la igualdad entre hombre y mujer, de manera que ya no conste como igualdad de dignidad, como personas sino más bien como igualdad de las funciones y los papeles. La estrategia para redefinir esta igualdad consiste en promover una "perspectiva de género", es decir una postura en la cual la palabra género ya no es un sinónimo de sexo biológico de hombre y mujer.
En la redefinición del género nos encontramos con el aspecto más pernicioso del plan feminista, que es completamente destructivo para la persona humana creados "macho y hembra" por Dios. Se afirma, bajo este criterio, que no hay solamente dos géneros humanos sino cinco: hombre, mujer, homosexual o lesbiana, bisexual y transexual. Y como si esto no fuera poco hay grupos que buscan la fluidez del género: la capacidad de llegar a adoptar libremente y con conocimiento, uno o muchos de un número sin límite de géneros, por cualquier periodo y a cualquier velocidad de cambio [1]
No es de extrañar que el aparecer de tres nuevos géneros fuera acompañado de ciertos derechos como los que hemos visto a lo largo de este escrito, particularmente los Derechos sexuales que implican el respeto de la integridad corporal y la toma de decisiones de la mujer así como el derecho de expresar su sexualidad con placer y sin temor de abuso, enfermedad o discriminación; exige el acceso a la información, educación, y servicios reproductivos y de la salud sexual voluntarios y de calidad y Derechos reproductivos: que incluyen el acceso al aborto y a la anticoncepción de todo tipo.
El compromiso ideológico de las feministas conduce a resultados trágicos ya que todo se reduce al género, la libertad sexual, la anticoncepción y el aborto, mientras se hace caso omiso de las verdaderas necesidades de la mujer.
Me gustaría copiar aquí un comunicado de prensa en el que un grupo de abogados comunican a los delegados de la comunidad internacional reunidos en Beijing, sus testimonios de primera mano, es decir, lo que vieron y que llamó la atención al problema de las mujeres tibetanas bajo el régimen comunista chino:
“se les informó a los habitantes del pueblo que todas las mujeres tenían que presentarse al sitio preparado para efectuar esterilizaciones. Si no lo hacían las consecuencias eran muy graves. A las mujeres que acudían pacíficamente y no se resistían se les administraba atención médica. Las mujeres que se negaban a ir, fueron tomadas por la fuerza, se les operaba y no se les daba atención médica. A las mujeres en el noveno mes del embarazo se les sacaba al bebé... Veíamos a muchas jóvenes llorando, oímos sus gritos mientras esperaban su turno en la tienda y veíamos crecer el montón de fetos fuera de la tienda. Durante las dos semanas de esta movilización se les practicó el aborto a todas las mujeres embarazadas, seguido por la esterilización y se esterilizó a toda mujer en edad fértil.[2]
Las mujeres tibetanas fueron manipuladas por sus "partidarias" feministas para promover sin saberlo los "derechos reproductivos".
¿Cómo surgió un cambio tan drástico en la visión de algunas feministas, que las ha llevado a invertir tantos esfuerzos para alterar la sociedad y cambiar la definición misma de hombre y mujer? Porque debemos recordar que en la década de los 60s cuando tomó forma el feminismo liberal, se sostenía, con justicia, que la mujer debía tener tanta libertad en la sociedad como el hombre y entre los puntos fuertes de dicho movimiento estaba la defensa del derecho al voto, a ocupar cargos públicos, a tener acceso a educación equitativa y al recibir oportunidades equitativas de empleo.
Las limitaciones del feminismo liberal radicaron en no reconocer las diferencias reales y obvias entre el hombre y la mujer. Muchas de las leyes que denominaban "discriminatorias" intentaban compensar dichas diferencias y proteger a la mujer; el énfasis exagerado de las feministas sobre el individuo tendía hacer caso omiso de la importancia de la familia como unidad social. A finales de la década de los 60s surgió el feminismo radical, pero ¿Que ideología está en la base de esta postura? La respuesta es el neo marxismo.
Todos conocemos la teoría económica marxista, que considera la historia como una continua lucha de clases que culmina en la opresión del proletariado por los capitalistas. La revolución violenta es la única salida. El proletariado debe tomar por la fuerza los medios de la producción y establecer un estado socialista sin clases.
Sin embargo pocos conocen las enseñanzas de Marx y Engels sobre la mujer y la familia:
“La primera división del trabajo es entre hombre y mujer para la propagación de los hijos. La primera oposición de clases que aparece en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en el matrimonio monógamo la primera opresión de clases coincide con la del sexo femenino por el masculino"[3]
Engels procede: "en las primeras etapas de la existencia el género humano vivía en sociedades sin clases pero luego ocurrió el pecado original marxista, el hombre insistió en el reconocimiento de su paternidad, esclavizo a la mujer en el matrimonio y creo la familia patriarcal. El derrocamiento del derecho de la madre fue la derrota mundial histórica del sexo femenino. El hombre tomó mandato, la mujer fue degradada y reducida a servidumbre, se convirtió en esclava de su lujuria y un simple instrumento para la producción de hijos. ¿Qué hace falta para liberar a la mujer? La primera condición para su liberación es lograr el retorno de todo el sexo femenino a la industria pública y esto a su vez exige la abolición de la familia monógama como unidad económica de la sociedad".[4]
Nuestro ahora Papa Benedicto XVI en el año 2000 aún era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y en una entrevista criticó la propuesta ideológica de la ONU basada en la degradación de la sexualidad a través de la igualdad de los géneros y en la eliminación de la feminidad misma de la mujer. La peculiaridad de ésta nueva antropología se evidencia especialmente en la imagen de la mujer, en la ideología del "señorío de la mujer" y cuyo objetivo es la realización de la mujer y cuyos principales obstáculos para su realización son la familia y la maternidad.[5]
“Estas nuevas ideologías buscan liberar a la mujer de aquello que precisamente la caracteriza, es decir, su especificidad femenina. Esta debe ser anulada por la equidad de géneros e igualdad ante un ser humano indistinto y uniforme en cuya vida la sexualidad no tiene otro significado que una droga voluptuosa que se puede usar sin ningún criterio."[6]
Cuando se reduce la sexualidad al hedonismo se eclipsa la filosofía del amor como se puede observar sobre todo en el temor a la maternidad por considerar al hijo como un obstáculo para la realización personal egoísta. Y es que en el momento en que se les aconseja a las personas a no amar, se les está aconsejando al final de cuentas a dejar de ser humanas.
Otra ONG fuertísima dentro de la ONU, es la de Paternidad Planificada, su fundadora, Margaret Sanger pensaba que se debería alentar a la reproducción de los superiores mientras que los nacimientos de los inferiores como los pobres y las minorías debían reglamentarse. Para ella la solución a la pobreza estaba en eliminar al pobre. Consideraba que la contracepción, la esterilización y el aborto eran la panacea contra el sufrimiento humano. Su influencia la podemos notar cuando los países de Europa han caído por debajo del crecimiento cero de la población aunque estas cifras se maquillan y son incrementadas también por la inmigración. A nivel mundial, al menos 61 países no están remplazando a sus poblaciones.[7]
En Estados Unidos, a partir de 1973 después del caso Roe y Wade, que lleva a la legalización del aborto, un promedio de 1.5 millones de bebes han sido abortados cada año. El 25% de los embarazos de las mujeres blancas han terminado en aborto y el 40% de los embarazos de las minorías han sido abortados.[8]
Sin excepción, todas las tristes consecuencias del control natal que el Papa Pablo VI vaticino en 1968 en su encíclica Humanae Vitae han ido sucediendo: el uso de anticonceptivos llevaría a la infidelidad conyugal y a la degradación de la moralidad, el hombre perdería su respeto por la mujer, el uso generalizado de la anticoncepción pondría un arma peligrosa en manos de autoridades públicas que no prestan clara atención a las exigencias morales y conduciría a los seres humanos a pensar erróneamente que tienen un dominio ilimitado sobre sus propios cuerpos, convirtiendo a la persona humana en el objeto de su poder invasivo.[9]
Por último está el plan premeditado de los homosexuales que piden su reivindicación y que les sean reconocidos sus derechos pero detrás de estas ideas hay intenciones mas maquiavélicas, dicho sea por Michaelangelo Signorile, líder activista homosexual en uno de sus discursos señalo: " la acción más subversiva que pueden llevar a cabo las lesbianas y los gay, que tal vez beneficiaría a toda la sociedad, es transformar completamente la noción de familia.[10]
En el momento que la sociedad otorga reconocimiento de igualdad a las parejas homosexuales destruye insidiosamente al matrimonio y a la familia, primero porque tal reconocimiento emite una señal clara de que al matrimonio ya no se le considera una prioridad que vale la pena alentar y defender por encima de otras relaciones.
Si se permite que los homosexuales puedan adoptar niños se pone en grave peligro la identidad sexual sana de estos niños así como su capacidad de educar en el futuro a su propia familia. Además al permitir estas uniones se socava la necesidad de la procreación como la base del matrimonio, junto con la estructura del parentesco y finalmente tal reconocimiento desafía la interpretación común del matrimonio como un compromiso permanente entre marido y mujer, fundamento de cualquier familia que merezca tal nombre.
Es claro que la familia esta siendo atacada por diferentes frentes, sin embargo y como dijo el Papa Benedicto ahora en México “no nos rindamos ante el mal, el mal no tiene la última palabra y la fuerza de Dios es más capaz de abrir nuevos caminos, la maldad y el egoísmo de las personas no son capaces de frenar el plan de Dios, Cristo por su muerte y resurrección hace nuevas todas las cosas, Dios es mas grande, asi que no hay motivo para rendirse al despotismo del mal”.[11]
[1] Kate Bornstein, Gender Outlaw: on men, women and the rest of us, New York: rutledge, 1994, pag 115
[2] Comité Internacional de Abogados para el Tíbet, “Negación del derecho de la mujer tibetana a los derechos reproductivos” San Fco. California, 1ro de marzo de 1995, pág. 10.
[3] Frederick Engels, the origin of the family, prívate property and the state, New York, International Publishers, 1942, pág. 58.
[4] Frederick Engels, the origin of the family, prívate property and the state, New York, International Publishers, 1942, pág. 50 y 66.
[5] Informe de la agencia Zenit, 15 de septiembre de 2000.
[6] Informe de la agencia Zenit, 15 de septiembre de 2000.
[7] Padre Walter Schu, Matrimonio y Familia: un nuevo horizonte, pág. 67.
[8] Instituto de investigación de la población de Washington, D.C.
[9] www.aciprensa.com/humanaevitae/chaput.htm
[10] Michael Angelo Signorile “ola de novios”, diciembre 1994 pág. 161.
[11] Homilia de Benedicto XVI en Guanajuato en la Catedral de la Virgen de la Luz
No hay comentarios:
Publicar un comentario